Bajo el mandato del presidente Xi Jinping, los antiguos dirigentes chinos se han acostumbrado a agachar la cabeza.
Pero en un ensayo publicado esta semana, aparentemente en homenaje a su difunta madre, el ex primer ministro Wen Jiabao pareció emitir lo que muchos han interpretado como una crítica codificada a Xi: pidiendo equidad, justicia, humanidad y libertad, todo ello mientras recordaba un período de la historia que el Partido Comunista preferiría olvidar.
Las palabras de Wen han hecho furor en las redes sociales chinas. Su ensayo se compartió cientos de miles de veces, antes de que los censores intervinieran para impedir su difusión, pues ni siquiera el segundo funcionario más importante del país durante una década pudo escapar a la censura cada vez más estricta de China.
El ensayo se publicó en un oscuro periódico de Macao, lo que quizá indica que ningún medio de la China continental estaba dispuesto a publicarlo. No fue posible contactar con Wen para que comentara el artículo.
El ensayo de Wen, un conmovedor tributo a su madre, fallecida en diciembre, se refería a la persecución de su padre, un profesor, durante la agitación política y social de la Revolución Cultural china, que duró una década. Durante ese tiempo fue puesto bajo arresto domiciliario y sometido a brutales interrogatorios, reprimendas y palizas. Después de una paliza especialmente dura, la cara de su padre estaba tan hinchada que le impedía ver, escribió Wen.
Y al final del ensayo, Wen esbozó una visión de una China ideal, que parecía implicar que el estado actual del país no cumple las expectativas del hombre de 78 años.
“En mi opinión, China debería ser un país lleno de equidad y justicia”, escribió Wen. “Debería haber siempre respeto por la voluntad del pueblo, la humanidad y la naturaleza de los seres humanos. Debe haber siempre juventud, libertad y espíritu de lucha”.