Por más que se anunció con bombo y platillo esta gira tan “particular” por decirlo de modo amable, era para muchos una idea muy descabellada pues no se le veía ni pies ni cabeza, de por sí, los eventos de Roberto Tapia hace tiempo que no son precisamente muy concurridos y quizás el poder ver a Rafael Amaya podría ser más morbo que gusto ahora tras perder su enorme popularidad por los vicios y su ausencia del mundo público.
La historia de amistad y lealtad entre ellos es muy bonita y emotiva, pero esto no garantiza que realmente pueda ser un éxito en taquilla y menos ahora que hay tanta oferta en ciertas plazas que son las que permiten ya eventos públicos de mayor aforo.
Todo comenzó cuando en redes sociales se anunciaba que ni el 17 ni el 24 de abril darían cumplimiento al inicio del tour, y a pesar de que tuvo mucha publicidad, fueron canceladas y Tapia argumentó que era por problemas de salud de su parte, sin embargo, seguían adelante con otras fechas como Houston, Austin y San Antonio, y se cambiaría la presentación cancelada para Mayo.
Muchos en su momento especularon que tuviera Covid, o que Amaya hubiera tenido alguna recaída, pero una revista del corazón, la más popular en México, reveló que la realidad es que este proyecto es un fracaso rotundo, y personal del sitio donde se presentarían que lleva por nombre “Mala Santa”, informó que la realidad es que han vendido muy pero muy pocos boletos y ni el empresario ni ellos quisieron arriesgarse a quedar evidenciados así.
Por lo menos, Amaya ya tiene un proyecto con el que ganará un poco de billete y se mantendrá ocupado, pero, en el caso de Roberto después de un terrible año de altas y bajas en la salud de su mamá y el paro por la pandemia, parece ser que aún no es tiempo de que el sol salga para él.