La OCDE ha alertado sobre los efectos educativos devastadores producidos por la pandemia; esto se nota más en los estudiantes que tienen menos recursos o apoyo de sus padres.
Los estudiantes adolescentes se están enfrentando al aprendizaje de los cursos propios del año escolar que está cursando y a otros más que se hacen para recuperar el tiempo perdido en el curso pasado.
Así, ese gran esfuerzo intelectual aunado a la falta de hábitos de estudio, más los problemas emocionales producidos por el confinamiento, está provocando en los estudiantes adolescentes una crisis de ansiedad ante el estudio y un sentimiento de incapacidad para aprobar el curso.
Con todo esto, se necesita ayudar a los adolescentes desde la casa y los colegios.
En casa:
- Permitirles el contacto con sus amigos, ya sea encuentros presenciales (respetando las medidas de bioseguridad) o virtuales.
- Dialogar con ellos para que expresen su estado emocional y sus quejas sobre la situación.
- Dales libertad de comunicación con sus amigos, es decir, que ellos no se sientan cohibidos por la supervisión permanente de sus padres.
- Propiciar momentos para el diálogo en familia
- Nunca criticar sus pensamientos ni estados emocionales negativos,
En los colegios:
- Restaurar la normalidad académica progresivamente
- Ayudarles a recuperar los hábitos de estudio
- Potenciar los hábitos de vida saludable.