Cada persona reacciona de manera diferente ante el miedo, pero lo que todos hacen es abrir los ojos, incluso, se abren más de lo normal.
Otras reacciones al miedo son:
Sudoración
Angustia
Aceleración de los latidos del corazón
Aceleración del pulso
También ocurre que, en situaciones de miedo o peligro, el campo visual se vuelve más amplio y la visión más sensible para identificar los riesgos.
Los ojos responden de diferentes formas a estos estímulos y se reflejan en las expresiones faciales. Por ejemplo:
• Si sentimos coraje, rabia, enfado o estamos en medio de una pelea, los ojos bloquean la luz y enfocan un punto que por lo general es el detonante o la causa de la molestia.
• Y, si por el contrario, sentimos ira o enojo, los ojos en vez de abrirse tienden a cerrarse, lo suficiente como para no perder de vista el objetivo de nuestro enojo.
• Cuando el cuerpo detecta una situación de peligro, activa respuestas relacionadas con el escape o la protección, y en algunos casos, impulsos de ataque; así, algunas personas se paralizan y no pueden reaccionar mientras otras le hacen frente a la situación o corren por salvar la vida.
La adrenalina es una sustancia química que libera el cerebro para actuar o responder a situaciones extremas. Se activa en momentos en los que nuestro cuerpo siente la necesidad de reaccionar a niveles exigentes, incrementando la frecuencia cardíaca, sobre todo en momentos en que hay que defenderse, atacar o huir.