El año pasado sólo nacieron 12 millones de bebés, el número más bajo de nacimientos desde 1961, lo que supone una nueva prueba de la inminente crisis demográfica que podría complicar las ambiciones de Pekín.
La población china está creciendo a su ritmo más lento en décadas, con una caída de los nacimientos y una fuerza de trabajo que envejece, lo que plantea al Partido Comunista uno de sus más graves retos sociales y económicos.
Las cifras de un censo realizado el año pasado mostraron que la población del país es de 1,410 millones de personas, unos 72 millones más que los contabilizados en 2010. Se trata del menor aumento registrado desde que el Partido Comunista realizó su primer censo, en 1953.
Sólo 12 millones de bebés nacieron en China el año pasado, según Ning Jizhe, director de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, el cuarto año consecutivo en que los nacimientos han disminuido en el país. Se trata de la cifra oficial más baja de nacimientos desde 1961, cuando una hambruna generalizada provocada por las políticas del Partido Comunista mató a millones de personas, y sólo nacieron 11.8 millones de bebés.