Mientras se relajan los estrictos cierres en toda Europa y muchos ciudadanos de la UE sueñan con unas vacaciones al sol, el bloque de 27 países aún no ha llegado a un acuerdo sobre cómo aplicar rápidamente un sistema de certificados para impulsar los viajes y el turismo de verano.

Los ministros de Asuntos Europeos se reunieron en Bruselas para evaluar los avances en las discusiones con los legisladores europeos. El Parlamento y los países de la UE deben llegar a un acuerdo en mayo para garantizar que el sistema esté en funcionamiento a finales de junio, pero aún quedan varios puntos de fricción.

Cuando propuso el sistema en marzo, la Comisión de la UE dijo que los certificados contra el coronavirus se entregarían a los residentes de la UE que pudieran demostrar que se habían vacunado o a los que dieran negativo en las pruebas del virus o tuvieran pruebas de haberse recuperado de él.

Los legisladores y los países de la UE están de acuerdo con esto, pero el Parlamento insiste en que los certificados COVID-19 deben ser suficientes para que los ciudadanos de la UE puedan circular libremente y que los países de la UE no pueden imponer restricciones adicionales a los titulares de los certificados, como cuarentenas, pruebas o medidas de autoaislamiento.

Los legisladores acordaron con la Comisión Europea que todas las vacunas aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos deben ser reconocidas automáticamente. Hasta ahora, eso incluye las vacunas de AstraZeneca, Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. También ofrecieron a los países de la UE la posibilidad de incluir otras vacunas incluidas en la lista de la Organización Mundial de la Salud para uso de emergencia, lo que incluiría la vacuna china Sinopharm.

La UE ya ha empezado a trabajar en los aspectos técnicos del sistema de certificados de vacunas, y las pruebas han comenzado esta semana en varios países de la UE.