Nueve miembros de los Yankees de Nueva York totalmente vacunados -incluyendo un jugador y otros ocho miembros del personal- dieron positivo por covid-19 la semana pasada. Para muchos, esto puede sugerir que las vacunas, que son extremadamente eficaces, no funcionan tan bien como se anuncia. De hecho, el brote de los Yankees es un caso de estudio que demuestra lo bien que funcionan las vacunas.
Señalemos en primer lugar que los datos de decenas de miles de personas inscritas en ensayos clínicos -y cientos de millones de otras personas parcial o totalmente vacunadas- han demostrado que las vacunas administradas en Estados Unidos son seguras y eficaces. Todos los casos de los Yankees procedían de su grupo de viaje -el grupo de jugadores y otro personal que acude a los partidos en carretera-, unas 50 o 60 personas. Eso no es suficiente para anular los datos existentes.
Pero incluso si nos centramos sólo en esas 50 o 60 personas, ¿este brote pone en duda las vacunas? No. De los nueve casos, al menos siete no presentaron síntomas. El único que lo ha hecho hasta ahora fue el primer caso que apareció, el entrenador de tercera base Phil Nevin. Es posible que descubramos que la vacuna “falló” sólo una vez -en Nevin- permitiéndole acumular una carga viral lo suficientemente alta como para contagiar a otros ocho, todos cuyos cuerpos vacunados probablemente la combatieron rápidamente antes de que pudieran desarrollar síntomas o transmitirla.
Las vacunas funcionan tal y como fueron diseñadas. Aunque no eliminan la posibilidad de infectarse, prácticamente eliminan el riesgo de enfermedad grave y de muerte al preparar al sistema inmunitario para combatir el virus de manera que pueda responder con mayor rapidez y fuerza. Los casos que habrían sido hospitalizaciones se convierten en resfriados, y los casos sintomáticos se convierten en asintomáticos. La mayoría de las infecciones se evitan por completo. Estos efectos pueden ser el resultado de una respuesta inmunitaria más potente en los individuos vacunados, lo que también se cree que reduce la carga viral y, por tanto, la propagación del virus.
