Los hoteles y moteles de estancia prolongada se convirtieron en la última opción de alojamiento para miles de estadounidenses con bajos ingresos.
Suzy Niffenegger durmió al aire libre en Las Vegas por primera vez a finales de agosto de 2019. Puso las pertenencias que aún tenía en un almacén y llenó una mochila con golosinas para perros, juguetes y mantas para su terrier de 22 libras, Brownie. Apenas dormía, y se acostaba encima de las mesas de picnic, donde doblaba las mantas para formar un capullo. Brownie se acostaba junto a ella, pero el perro tampoco dormía mucho. “Si me quedaba dormida y alguien caminaba a menos de cinco metros de mí, me alertaba”, me dijo Niffenegger hace poco. “Esa perra era un soldado. Me salvó la vida muchas veces”.
Los contratiempos que llevaron a Niffenegger a vivir fuera -palabra que prefiere a “sin techo”, que no se atreve a decir- comenzaron a principios de 2019, cuando perdió su trabajo en un centro de llamadas. Trató de prevenir el desastre financiero con tarjetas de crédito, solicitando dos que le golpearon con 89 dólares en comisiones por cada 300 dólares que cargó. Acumuló deudas de casi 1,000 dólares comprando comestibles, y muy pronto no pudo hacer los pagos.
A sus 51 años, apenas tenía recursos familiares a los que recurrir. Su madre murió una década antes y la relación con su padre era tensa. Cuando ella le llamó para pedirle ayuda, le dijo con desprecio: “Tres horas y un catre”.
A principios de mayo, un juez federal anuló la moratoria de desahucios a nivel nacional, en un caso presentado por la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Alabama. El Departamento de Justicia apeló ese mismo día. Dos días después, dice Niffenegger, le metieron una hoja arrugada por debajo de la puerta de su casa: “SE ORDENA que la moratoria de desalojo a nivel nacional emitida por los Centros de Control de Enfermedades… queda APLAZADA”. Su solicitud de alquiler, dice, todavía no ha sido asignada a un asistente social.
Independientemente de cómo se resuelva su situación, es probable que siga siendo válida una observación que hizo. “Parece que todo este país es un gran desastre”, dijo.
