Desde que surgió la triste, penosa y mediática historia de dimes y diretes entre Frida Sofía y su abuelo Enrique Guzmán, que inició precisamente con la acusación directa de abuso sexual a través del programa De Primera Mano, conducido por Gustavo Adolfo Infante, el cantante de gloriosos ayeres en los 60’s, no ha hecho más que buscar el refugio en el programa televisivo de Ventaneando, el cual se ha convertido en su tribuna favorita e incondicional.
De esta manera, apoyado con una obvia e irrestricta complicidad de sus conductores, han presentado continuamente a un Enrique Guzmán, desvalido, en depresión, abatido y sorprendido por una “inexplicable” actitud de su nieta que lo calificaba anteriormente como el mejor abuelo del mundo.
Sintiéndose amenazado, Guzmán se rodeó de abogados y dio el primer paso para interponer una demanda en contra de su nieta, pero siempre con una visible rabia y coraje, que mostró fehacientemente al salir de tribunales en su ratificación al acercarse a la turba de periodistas y gritar a todo pulmón -a unos centímetros de sus micrófonos- “¡Caiga quien caiga… caiga quien caiga!!!”
Un abuelo amoroso es primero un abuelo preocupado y luego es un abuelo resentido y rabioso.
Por otro lado, dentro de sus principales defensores están, por supuesto, su hijo Luis Enrique Guzmán, a quien su sobrina Frida Sofía no se ha cansado en llamar “nini” (ni estudia ni trabaja) y que ahora muy convenientemente ya inauguró su pizzería “Apollo’s Pizzas”, en honor a su pequeño hijo.
Hace unos días, Alejandra Guzmán desmintió que haya sacado de su testamento a su hija, su oficina de prensa hizo frente a las nuevas mentiras que surgieron y emitieron un fuerte comunicado.
Los publirrelacionistas de Alejandra Guzmán señalaron que, aunque se diga lo contrario, la cantante está concentrada por completo en su carrera y de muy buen humor y aunque detallaron que la cantante está consciente de las declaraciones de su hermano y su papá Enrique Guzmán, no confirmaron ni negaron sus dichos.
Por su parte, Sergio Mayer señaló que, pese a que desde hace años Alejandra Guzmán tiene un distanciamiento con Frida Sofía, asegura que la cantante quiere a toda costa una reconciliación con su hija.
La historia sigue tejiendo su red.