El mes pasado, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) suspendió el uso de la vacuna Covid-19 de Johnson & Johnson para evaluar el riesgo de coágulos de sangre en mujeres menores de 50 años, muchos científicos señalaron que los coágulos asociados a las píldoras anticonceptivas eran mucho más comunes.
La comparación pretendía tranquilizar a las mujeres sobre la seguridad de la vacuna. En cambio, ha despertado la ira en algunos sectores, no por la pausa, sino por el hecho de que la mayoría de los anticonceptivos disponibles para las mujeres son cientos de veces más arriesgados, y sin embargo no hay alternativas más seguras a la vista.
Los coágulos relacionados con la vacuna eran de un tipo peligroso en el cerebro, mientras que las píldoras anticonceptivas aumentan las posibilidades de un coágulo en la pierna o en el pulmón, algo que muchos expertos señalaron rápidamente. Pero la distinción no supuso ninguna diferencia para algunas mujeres.