Cientos de familias se enfrentan ahora a un nuevo tipo de dolor pandémico. Incluso cuando Estados Unidos empieza a salir de la pandemia, el virus sigue cobrándose unas 450 vidas cada día.
A diferencia de épocas anteriores en las que la mayoría de los estadounidenses veían sus vidas afectadas por el Covid, los familiares de las víctimas describen ahora un nuevo y solitario dolor: Están de luto incluso cuando muchos otros están celebrando la nueva libertad.
“Todo el mundo dice: ‘Oh, no pasa nada'”, dijo Michele Preissler, que perdió a su marido a causa del Covid-19 a finales de mayo. “Yo sólo pienso: ‘Si supieras por lo que acabo de pasar'”.
La muerte de la madre de Kole Riley trajo consigo ira, en un momento en que el resto del país sentía una sacudida de optimismo.
El día en que el C.D.C. anunció que los estadounidenses vacunados ya no necesitaban llevar máscaras en la mayoría de las situaciones en interiores, Kole estaba junto a la cama de su madre en un hospital cerca de Sedona, Arizona, dándole el último adiós.
“No pensé que me enfrentaría a esto”, dijo, “cuando todas las flechas apuntan a la normalidad”.