El Congreso ha aprobado leyes que prohíben a las farmacias y hospitales de Estados Unidos facturar a los pacientes por las vacunas contra el coronavirus. Los carteles en los centros de vacunación anuncian que las vacunas son gratuitas. Desde el principio, los funcionarios de salud y los líderes del gobierno han dicho al público que recibir la inoculación no costará nada. Y ha habido pocos informes de personas que hayan experimentado cargos.
Aun así, algunos adultos no vacunados citan la preocupación por una factura sorpresa como razón para no vacunarse. Muchos están acostumbrados a un sistema sanitario en el que las facturas son frecuentes, cuantiosas y a menudo inesperadas.
Una encuesta reciente de la Kaiser Family Foundation reveló que aproximadamente un tercio de los adultos no vacunados no estaban seguros de que el seguro cubriera las vacunas y les preocupaba tener que pagar. La preocupación era especialmente pronunciada entre los encuestados hispanos y negros.