La nueva orden incluye a las empresas dedicadas a fabricar y desplegar la tecnología de vigilancia que se utiliza contra las minorías musulmanas y los disidentes en todo el mundo.

El presidente Biden emitió una nueva orden ejecutiva que prohíbe a los estadounidenses invertir en empresas chinas vinculadas al ejército del país o que vendan tecnología de vigilancia utilizada para reprimir la disidencia o las minorías religiosas, tanto dentro como fuera de China.

La nueva orden amplía una lista negra anterior de la era Trump y eleva a 59 el número total de empresas chinas a las que se les prohíbe invertir en Estados Unidos. La medida intensifica una batalla comercial e ideológica entre Pekín y Washington, una que el Sr. Biden ha calificado como la lucha entre “autocracia y democracia.”

Se produce en un momento en el que China está aumentando su capacidad de espiar a sus casi 1,400 millones de habitantes -utilizando una mezcla de cámaras y programas de reconocimiento facial, escáneres telefónicos y una serie de otras herramientas- y exportando esa tecnología a países de todo el mundo. La tecnología se vende a menudo en el extranjero como parte de un paquete de equipos de comunicaciones proporcionado por empresas como Huawei, o como parte de la iniciativa china “Belt and Road”, cuyo objetivo es ampliar los lazos comerciales del país.

China ha utilizado la tecnología de vigilancia contra minorías musulmanas como los uigures y disidentes en Hong Kong y en la diáspora china en todo el mundo.