Con la publicación de los correos electrónicos del Dr. Anthony Fauci, los ataques políticos contra el principal experto en enfermedades infecciosas del país se han disparado. En los canales de noticias conservadores, el asesor en materia de pandemias del presidente Joe Biden ha sido puesto en la picota sin fundamento como un mentiroso que engañó al pueblo estadounidense sobre los orígenes del COVID-19 para proteger al gobierno chino. No hay pruebas de que haya actuado mal, pero las peticiones de los republicanos para que dimita son cada vez más fuertes, al igual que las exigencias de nuevas investigaciones sobre los orígenes del virus.

Los correos electrónicos del médico recientemente publicados, que abarcan los primeros días de la pandemia, no muestran ninguna evidencia de ningún tipo de encubrimiento sobre el origen del virus. De hecho, muchas de las discusiones reflejan la ciencia de la época. Pero muchos republicanos, incluido el ex presidente Donald Trump, han aprovechado los correos electrónicos como prueba de una conspiración para ocultar el origen del virus.

“Teniendo en cuenta lo que sabemos ahora, no sé cómo alguien puede confiar en que debería seguir en una posición de confianza y autoridad pública”, dijo el senador republicano Josh Hawley de Missouri, un posible aspirante a la presidencia que está pidiendo la renuncia de Fauci y una investigación completa de parte del Congreso.