El problema de los sin techo en California ha estado fuera de control durante décadas. Entonces llegó COVID-19.

El resultado ha sido una combinación mortal de crisis médica, desesperanza humana y burocracia mientras el estado, tambaleándose por los impactos del virus, intenta recuperarse con un plan para las 160,000 personas sin hogar. Esta cifra eclipsa a cualquier otro estado, y representa la mitad de toda la población sin techo del país.

La grave escasez de refugios y viviendas se está convirtiendo no sólo en un problema de servicios sociales, sino también en un problema político, a diferencia de lo que ocurre en cualquier otro lugar del país, lo que pone el problema ante los ojos de los californianos, que ven a la gente sufrir y morir en las calles cada día.

El estado cuenta con más de la mitad de la población sin techo del país, según un informe publicado en enero por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Aunque en Nueva York hay un gran número de personas sin hogar, el estado ofrece alojamiento al 95% de ellas. Por el contrario, cerca del 70% de las personas sin hogar de California viven al aire libre o en vehículos.