Ahora que todos los adultos estadounidenses pueden recibir las vacunas de Covid-19, y que las empresas y las fronteras internacionales vuelven a abrirse, se ha abierto un intenso debate en todo Estados Unidos sobre si debería exigirse un certificado sanitario digital -llamado a menudo y de forma algo engañosa “pasaporte de vacunas”- para demostrar el estado de inmunización.
En la actualidad, los estadounidenses reciben una tarjeta de papel blanco como prueba de sus vacunas, pero ésta puede ser fácilmente falsificada, y los estafadores en línea están vendiendo tarjetas de vacunas falsas y robadas.
Aunque el gobierno federal ha dicho que no emitirá un mandato para los pasaportes digitales de vacunas, un número creciente de empresas dicen que exigirán una prueba de vacunas para entrar o prestar servicios. Cientos de iniciativas de pasaportes digitales para la salud se esfuerzan por desarrollar aplicaciones que proporcionen un registro electrónico de las vacunas y de los resultados negativos de las pruebas de coronavirus.
Esta iniciativa ha suscitado preocupaciones sobre la privacidad y la equidad. Algunos estados, como Florida y Texas, han prohibido a las empresas exigir certificados de vacunación.