No es una noticia falsa, es una realidad que tiene lugar en el marco de una sociedad en donde las voces de jóvenes con fuertes opiniones se están haciendo escuchar, el mundo se divide entre quienes buscan un presente y futuro mejor viendo en cosas que la gente podría considerar algo normal o inofensivo, una señal de alerta, y los que consideran que esto se ha llevado a un exceso que comienza a perder sentido de lógica.
En México, para muchos, cantar o bailar la canción de “17 años” de los Ángeles Azules, era hasta hace unas horas, algo ajeno por completo a cualquier sentimiento de culpa, pensar que fuera un vehículo para promover la comisión de uno de los delitos más graves y dolorosos que puede enfrentar una sociedad era imposible.
Pero no para todos, una nueva generación que analiza a profundidad lo que se dice, hace, postea, promueve, etc. ve en este himno de la cumbia, una clara motivación a promover la pedofilia.
Los oriundos de Iztapalapa se convierten en tendencia tras estos señalamientos y la petición concisa de sacar del catálogo musical esta canción pues normaliza los acercamientos de carácter romántico y sexual hacia menores de edad, al reflejar la relación de un hombre mayor con una joven de 17 años, que además es callada, tímida e inocente.
Para muchos esto es “evidentemente condenable”, esto por parte de los que integran la “generación de cristal” que es definida como una generación de cero tolerancia que nació después del año 2000 y que son considerados frágiles y susceptibles según señala la filósofa Montserrat Nebrera.
Pero, ¿cuál fue la respuesta de la agrupación?
Básicamente seguir adelante, no han dado ninguna declaración de manera abierta, solo una imagen de dos personas jóvenes que se miran a los ojos demostrando amor y la frase: “De esto trata 17 años”, Fin del Comunicado, y lo que sucedió a continuación, fue el posteo de su nominación a Premios Juventud que llegó en el mejor momento para demostrar que hay jóvenes que también ven en ellos una fuente de música y buenos momentos, no un enemigo social digno de persecución.