Es posible que en otros lugares del país se lancen fuegos artificiales para celebrar el fin de las restricciones por covid-19, gracias a éxitos de vacunación como la tasa del 70% de adultos en el estado de Nueva York.

En Detroit sólo el 36.8% de los residentes mayores de 12 años han recibido al menos una vacuna.

Al igual que muchas otras ciudades estadounidenses, Detroit se vio afectada por el virus poco después de que éste comenzara a propagarse el año pasado y en oleadas posteriores.

Por lo tanto, cabía esperar que los habitantes de Detroit se apresuraran a vacunarse cuando las vacunas estuvieran disponibles este año. Pero eso no ha ocurrido. La tasa de vacunación de la ciudad está 24 puntos porcentuales por debajo de la última tasa estatal, y hasta 30 puntos por debajo de los condados cercanos.

A primera vista, la explicación de la falta de entusiasmo por las vacunas en Detroit, una ciudad con un 78.3% de población negra, podría ser sencilla: las dudas sobre las vacunas y la desconfianza en el sistema sanitario, un factor histórico que ha sido evidente en las zonas urbanas con una población afroamericana considerable.

Pero hay otras razones que hacen que la situación de Detroit sea más compleja, dice Ken Haddad, director de contenidos digitales de WDIV-TV.

Llegar a las clínicas no es sencillo para mucha gente. A pesar de la reputación de la Ciudad del Motor, alrededor de una cuarta parte de los residentes no poseen un vehículo, según los datos del censo de 2016. Los que no tienen coche confían en sus amigos, en el transporte público y en sus pies para llegar a los sitios.

Por lo tanto es posible que muchos habitantes de Detroit no hayan podido llegar a los sitios de vacunación sin considerables problemas. Detroit es una ciudad en la que los datos del censo indican que, en 2019, el 36% de los residentes no tenía acceso a Internet en casa. Sin embargo, la mensajería oficial de covid en Detroit se ha hecho en gran medida a través de transmisiones principalmente por Internet.