Mientras se levantan las restricciones de COVID-19 y el ritmo de vacunación se ha ralentizado en EE.UU., el aumento de una nueva variante del coronavirus preocupa a algunos expertos sanitarios. La variante, conocida como Delta o B.1.617.2, se detectó por primera vez en la India y se ha extendido a más de 60 países. En el Reino Unido, representa casi todos los nuevos casos de coronavirus.

En EE.UU., representa alrededor del 10% de las infecciones, aunque en algunos estados supone más del 20% de los casos de coronavirus muestreados, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.

Los médicos han observado una mayor probabilidad de pérdida de audición, fuertes dolores de estómago y náuseas en los pacientes infectados con la nueva variante. En la mayoría de los casos, los pacientes tienen más probabilidades de ser hospitalizados, requerir tratamientos de oxígeno y sufrir otras complicaciones.

¿Deben preocuparse los estadounidenses vacunados?

No, si han recibido su segunda dosis.

Un nuevo estudio de Public Health England demostró que dos dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech eran un 88% efectivas contra la enfermedad sintomática de la variante Delta, e incluso más exitosas para prevenir la hospitalización y la muerte. El estudio, sin embargo, descubrió que una dosis de la vacuna de Pfizer sólo protegía en un 33%.