En el año transcurrido desde que China aprobó una amplia ley de seguridad nacional para Hong Kong, el gobierno continental ha reforzado constantemente su control sobre la ciudad, reprimiendo el movimiento prodemocrático.

Las autoridades dijeron que censurarían las películas de Hong Kong que considerasen una amenaza para la soberanía de Pekín, una fuerte bofetada al espíritu artístico de la ciudad. En marzo, los legisladores pro-Pekín pidieron que se prohibiera la entrada a un museo de las obras del artista disidente Ai Weiwei. Los tribunales han condenado a prisión a activistas prodemocráticos. Y la semana pasada, la policía hizo una redada en el Apple Daily, el mayor periódico abiertamente prodemocrático de la ciudad, detuvo a sus principales redactores y congeló sus cuentas bancarias. Hoy, el periódico ha dicho que cerrará esta semana.