Una medida clave de la inflación se disparó en junio, subiendo al ritmo más rápido en 13 años, ya que los precios de los coches usados, las estancias en hoteles y las comidas en restaurantes se dispararon mientras la economía se reabre.

El índice de precios al consumo se disparó un 5.4% en el año hasta junio, dijo el martes el Departamento de Trabajo, el mayor aumento interanual desde 2008, pero se espera que se desvanezca a medida que la economía pase el volátil periodo de reapertura. El gobierno de Biden se apresuró a señalar que gran parte del movimiento estaba ligado a problemas temporales de suministro: Los precios de los coches y camiones de segunda mano se dispararon y representaron más de un tercio del aumento.

Sin embargo, la Casa Blanca y la Reserva Federal están obsesionados con los datos de la inflación porque ha subido más rápido de lo que muchos esperaban, y esto podría durar más de lo esperado. La administración sostiene que el aumento de los precios será temporal. Pero dentro de la Casa Blanca, los asesores han llegado en las últimas semanas a la conclusión de que los fuertes aumentos podrían durar un año o más, según algunos funcionarios de la administración.