Los adolescentes varones no corren el riesgo de quedarse estériles por culpa de las vacunas contra el coronavirus. Que las vacunas puedan causar infertilidad es un mito. Como dijo Sean O’Leary, vicepresidente del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Americana de Pediatría, “ninguna vacuna en la historia ha tenido ningún impacto en la fertilidad”.

No sólo no hay pruebas históricas de infertilidad post-vacuna, sino que esta afirmación tiene poca base en el funcionamiento de las vacunas. No tiene mucho sentido biológico: las vacunas provocan una respuesta de las células inmunitarias, que son completamente diferentes de las células reproductivas.

Pero no es el único que se pregunta esto, por lo que los científicos han vuelto a comprobar las vacunas contra el coronavirus. En un estudio publicado el mes pasado en el Journal of the American Medical Association, investigadores de la Universidad de Miami evaluaron el esperma de 45 hombres antes y después de dos dosis de la vacuna contra el ARNm.

Ninguno de los parámetros medidos, incluidos el volumen, la concentración y la motilidad de los espermatozoides, mostró una disminución. De hecho, la media del recuento total de espermatozoides aumentó tras la vacunación, aunque los autores del estudio afirman que esto podría deberse a que pidieron a los voluntarios que cumplieran un “tiempo de abstinencia” más largo antes de proporcionar la segunda muestra.