Este fin de semana, a través del programa en YouTube de Yordi Rosado, Alejandra Guzmán compartió sus experiencias más terribles tras haber sido víctima de una mala praxis en un procedimiento estético y ser inyectada con polímeros en sus glúteos.
La rockera se abrió de capa al confesar que estuvo a nada de “tirar la toalla”, luego de varias complicaciones que pusieron en jaque su salud.
“Empecé a darme cuenta de que no estaba bien de salud cuando estaba en Londres haciendo un disco, ahí ya no podía caminar y me empezaba a sentir muy mal, con una fiebre espantosa, mi piel se pone negra y dura como una piedra y el plástico no permitía que mi piel respirara”, recordó.
Su situación era tal, que tuvo que firmar un documento donde autorizaba a quienes se encargarían del caso médico, a experimentar con ella y a no demandar en caso de que los resultados no le favorecieran.
Relató que estuvo entonces internada seis meses en el hospital, y que se ha sometido a cerca de 40 intervenciones con una historia clínica muy amplia.
Sin embargo, Alejandra se siente animada e incluso toma las cosas con buen humor: “Soy la VIP de ahí”.
Hoy en día, las cosas para ella han cambiado: “Yo ya no me siento mal, amo mis cicatrices, ahora me quiero más que antes, me acepto más, me cuido más y el haber estado tanto en el hospital me hizo darme cuenta de la capacidad que tiene uno de aprender”.
Sin embargo, Alejandra Guzmán comentó que en un momento dado pensó que no lo lograría e incluso sentía que perdería el juicio:
“Tengo mucho que agradecer de estar viva y de estar bien… Una vez sí le hablé a mi papá y por eso me puse esta calaca aquí en el oído, porque me llegaba la muerte a decir: ‘Vámonos’, y yo: ‘No’. Le hablé y dije: ‘Papi, ya quiero tirar la toalla, ya estoy cansada’. Ya pintaba con mi sangre, me estaba volviendo medio loca; me sacaban el catéter con la sangre y yo ‘No la tires’, ponía mis cartulinas y pintaba, ponía mis cuadros… De ese cuarto hice todo un museo… Le dije a mi papá ‘ya no quiero, ya no puedo’ (vivir), pero él contestó: ‘Quiero que saludes a mi amigo’, y me pone al público (al teléfono). Entraba vida por mis oídos y salí del hospital”.
Fue así que gracias a su papá y con el apoyo de su público, logró salir adelante.