Rechazando los llamamientos de los funcionarios electos locales y de la comunidad médica, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, no declarará el estado de emergencia a pesar de que el estado lidera la nación con el 20% de todas las nuevas infecciones de COVID-19, un pico impulsado en gran medida por la variante delta.
Mientras tanto, múltiples alcaldes de Florida han anunciado mandatos de máscaras y de vacunas, desafiando al gobernador, que se opone firmemente a cualquier restricción de la pandemia.
La alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, dijo que las máscaras volverán a ser obligatorias en las instalaciones interiores del populoso condado de Florida, siguiendo las nuevas directrices federales que recomiendan que incluso las personas vacunadas contra el COVID-19 deben llevar el rostro cubierto en algunas situaciones.