Con el aumento del número de migrantes que cruzan la frontera sur y la pandemia que está lejos de terminar, la administración de Biden ha decidido dejar en su lugar por ahora la regla de salud pública que le ha permitido rechazar a cientos de miles de migrantes, dijeron las autoridades.

La decisión, confirmada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, supuso un giro de la administración, que había estado trabajando en planes para comenzar a levantar la regla este verano, más de un año después de que fuera impuesta por la administración Trump. El C.D.C. dijo que permitir que los no ciudadanos entren por la frontera desde México o Canadá “crea un serio peligro” de una mayor propagación del coronavirus.

El presidente Biden ha estado sometido durante meses a una intensa presión por parte de algunos demócratas y partidarios de políticas de inmigración más liberales para que levante la norma, que según los críticos se ha empleado menos para proteger la salud pública que como una forma políticamente defendible de limitar la inmigración.

La reciente propagación de la variante Delta, altamente transmisible, ha reforzado el argumento de que la norma de salud pública, conocida como Título 42, sigue siendo necesaria para contener el coronavirus. Además, la rápida propagación del virus se produce cuando los funcionarios de fronteras están tan abrumados por el persistente ritmo de la inmigración ilegal que afirman que permitir la entrada de más inmigrantes en el país mediante el levantamiento de la norma supone la amenaza de una crisis humanitaria.