Al igual que Rudy Giuliani, el gobernador Andrew Cuomo fue un héroe de Nueva York en un momento de crisis, pero ahora ve su reputación hecha añicos.

Una investigación demoledora del afamado demócrata, realizada por el fiscal general de Nueva York, descubrió que acosó sexualmente a múltiples mujeres, incluidas empleadas y ex empleadas del Estado, y que creó un ambiente de trabajo hostil. Los investigadores hablaron con 179 personas y revisaron 74,000 pruebas, según la fiscal general del estado, Letitia James.

La investigación concluyó que Cuomo realizó “tocamientos no deseados y no consentidos” e hizo comentarios de carácter sexual “sugerentes” que, según James, contravienen múltiples leyes estatales y federales. Se alega que tocó a las mujeres en el pecho, las nalgas o las besó en la mejilla, y que hizo comentarios que una ex ayudante interpretó como “claras insinuaciones de una relación sexual”.

Un informe tan condenatorio sería suficiente para acabar con la mayoría de las carreras políticas. Pero Cuomo, hijo del difunto ex gobernador de Nueva York Mario Cuomo, niega las acusaciones y afirma que sus acciones fueron malinterpretadas. En una declaración grabada en vídeo, la defensa del gobernador se reduce a argumentar que cogía la barbilla de casi todo el mundo con sus manos y los besaba, fueran hombres o mujeres. Incluso aportó un carrete de fotos en el que se le veía haciendo eso mismo. También dijo que intentaba ayudar a una joven ayudante y superviviente de abusos sexuales, cuando le preguntó por su vida sexual.