Un estudiante de medicina de la Universidad de Calabar en Nigeria, llamado Enya Egbe, entró en shock y llanto cuando encontró el cuerpo de su amigo Divine acostado en una camilla dispuesto para ser diseccionado en la clase de anatomía.
El joven estudiante cuenta que en su clase de anatomía tenían que diseccionar tres cadáveres cada uno ubicado en una mesa distinta.
Cuando Enya reconoció a su amigo, salió corriendo del salón y una compañera lo encontró llorando y en shock.
Su amigo Divine tenía dos agujeros de bala en el pecho.
Según Enya, ellos habían sido amigos durante los últimos 7 años y salían juntos de fiesta. En una ocasión Divine fue arrestado en compañía de otros amigos. Enya recorrió en vano varias comisarías, pero no logró dar con el paradero de Divine, hasta el momento en que lo encontró muerto en la mesa de disección. Además, informó a la familia de su amigo para que pudieran darle un funeral adecuado.
Según los estudiantes, la mayoría de los cadáveres que utilizan en la escuela de medicina tienen balas, por lo que asumían que eran criminales.
Sin embargo, ahí queda en evidencia la ley de Nigeria sobre “cuerpos no reclamados” que entregan a las facultades de medicina para prácticas de anatomía.