Ante la cuarta oleada del coronavirus, los estadounidenses afirman por amplio margen que la protección del bien común es más importante que la garantía de la libertad personal a la hora de considerar si se debe exigir a la gente que se vacune contra el COVID-19 o que lleve una máscara protectora.
Un abrumador 72% de los encuestados calificaron los mandatos de mascarilla como “una cuestión de salud y seguridad”, y no una infracción de la libertad personal. El 61% respaldó la obligación de vacunarse, excepto para quienes tuvieran una exención médica o religiosa.