Vietnam ha cerrado fábricas y ha impuesto nuevas y estrictas medidas para luchar contra una creciente ola de Covid-19 después de haber salido prácticamente indemne de los primeros 14 meses de la pandemia

La variante Delta, altamente infecciosa, ha cerrado fábricas en partes de Asia que en su mayoría no están vacunadas, estrangulando las cadenas de suministro y contribuyendo al aumento de los precios al consumidor en un momento en el que muchos pensaban que lo peor de las interrupciones del suministro de Covid-19 había quedado en el pasado.

Se ha formado una brecha entre la demanda de bienes en los Estados Unidos bien vacunados y la capacidad de los países fabricantes poco vacunados para satisfacerla, lo que ha generado una presión inflacionaria. Los brotes en Vietnam y en otros lugares se suman a una larga lista de desafíos -incluidos los brotes en los puertos, la escasez de contenedores de carga y el aumento de los precios de las materias primas- a los que se enfrentan las empresas para entregar los productos a bajo costo y a tiempo antes de la temporada de vacaciones.

Pero la variante del Delta se ha colado entre las defensas de Vietnam, al igual que ha ocurrido recientemente con otros exportadores, en su mayoría no vacunados, como Indonesia, Sri Lanka y Tailandia. La cepa se propaga tan rápidamente que es difícil de rastrear, según el gobierno. Las autoridades han ordenado el cierre de algunas fábricas y la reducción drástica del número de trabajadores. Esto ha dejado en la estacada a marcas occidentales -como Adidas AG , Crocs Inc . y Steven Madden Ltd . -que dependen en gran medida de la fabricación vietnamita.

Las empresas están tratando de encontrar proveedores alternativos en China y en otros lugares, y están pagando costosos fletes aéreos para tratar de trasladar rápidamente los productos a los mercados occidentales para compensar los retrasos en la producción.