Los fibromas son tumores ginecológicos benignos (no cancerígenos).

Generalmente, los fibromas no presentan síntomas, pero dependiendo de su localización pueden causar sangrado y dolor.

El tamaño varía entre los más pequeños como una cabeza de alfiler, hasta otros que pueden medir 20 cm de diámetro. Se ubican en diferentes partes del útero.

Si se encuentra un fibroma en una revisión ginecológica, no necesariamente hay que extirparlo, a menos que esté causando problemas como sangrado excesivo, dolor en el área pélvica, se sienta un bulto en el área afectada o presenta un crecimiento acelerado.

¿Qué hacer si se tiene un fibroma?

Casi siempre los fibromas no necesitan de ningún tratamiento, aunque si requieren de seguimiento, a través de exámenes ginecológicos de rutina.

En caso de requerir tratamiento, hay diferentes opciones como pastillas, ultrasonidos y hasta cirugía ya sea tradicional o laparoscópica.

¿Cómo se diagnostica?

Por medio de una ecografía trans-vaginal se puede observar bien el fibroma.