Varios estudios han mostrado los beneficios de ser madre primeriza después de los 35 años.

Un estudio realizado en 2014, concluyó que las mujeres que se convierten en madres a los 35 años o después, podrían vivir más que las que tenían sus hijos antes.

La Universidad de Boston, realizó una investigación y encontró que las mujeres que deciden ser madres después de los 35, tienen más probabilidades de vivir hasta después de los 90 años que aquellas que tuvieron su último hijo antes de los 30 años.

Un estudio realizado por la Universidad de Southern California, basado en la respuesta de más de 800 mujeres posmenopáusicas, halló una relación positiva entre ser madre tardía y las habilidades mentales.

Según los investigadores, esto se debe al aumento de hormonas que se generan durante el embarazo, que puede impactar positivamente la química del cerebro.

Según este estudio, entre más edad tenga la madre, más tiempo durarán las alteraciones cerebrales, que desencadenan una mejora de la función cognitiva en edades avanzadas.