Chua Kai-Ning, agricultora de Singapur, pasa gran parte de su día asegurándose de que sus animales estén bien alimentados y crezcan rápidamente.
Chua y su socio, Phua Jun Wei, fundaron la startup Insectta en 2017. Están luchando contra la crisis de desperdicio de alimentos de Singapur con la ayuda de un improbable aliado: la larva de la mosca soldado negra.
“El concepto detrás de Insectta es que nada se desperdicia”, dijo Chua. “Los residuos pueden ser reimaginados como un recurso si cambiamos la forma de pensar en nuestros métodos de producción, y cómo tratamos los residuos”.
En 2020, Singapur generó 665,000 toneladas métricas de residuos alimentarios, de los cuales sólo se recicló el 19%.
Chua dijo que la empresa alimenta a los gusanos de la mosca soldado negra con hasta ocho toneladas de residuos alimentarios al mes, incluidos los subproductos recibidos de las fábricas de soja y de cerveza, como el okara y el grano usado.
A continuación, Insectta puede secar rápidamente los gusanos para convertirlos en alimento para animales y convertir los excrementos de los insectos en abono agrícola.
Aunque hay muchas empresas que utilizan insectos para gestionar los residuos, Insectta está extrayendo algo más que productos agrícolas de las moscas soldado negras pues está obteniendo biomateriales de alto valor a partir de los subproductos de estas larvas.
“Durante la investigación y el desarrollo, nos dimos cuenta de que de estas moscas se pueden extraer muchos biomateriales valiosos que ya tienen valor en el mercado”, dijo Chua. La startup espera que sus biomateriales puedan revolucionar la creciente industria de productos basados en insectos y cambiar la forma en que vemos los residuos.