A medida que las escuelas vuelven al aprendizaje presencial con máscaras y distanciamiento social, algunos distritos se enfrentan a otro reto: llevar a los alumnos a clase.
Miles de conductores de autobuses escolares fueron despedidos, enfermaron o renunciaron cuando las clases se trasladaron a Internet el año pasado a causa de la pandemia de coronavirus, dijeron funcionarios escolares y sindicales. Ahora, los distritos de todo el país intentan atraerlos de nuevo, ofreciéndoles primas de contratación y haciendo malabarismos con los horarios y las rutas de los autobuses para compensar el déficit. Una escuela de Delaware está incluso pagando a los padres para que lleven a sus hijos a la escuela.
“Hay informes de escasez en todo el país”, dijo Joanna McFarland, directora ejecutiva de HopSkipDrive, que trabaja con los distritos en soluciones de transporte. “Es lo peor que hemos visto en mucho tiempo, si no es que nunca”.
La escasez de conductores ha sido un problema durante años, pero la pandemia empeoró las cosas. Muchos conductores de autobuses escolares se retiraron o renunciaron por miedo a exponerse al virus en un espacio cerrado, un riesgo que algunos nuevos conductores también eran reacios a asumir. Algunos renunciaron a causa de los mandatos de las máscaras, mientras que otros fueron despedidos o enfermaron, lo que redujo aún más el número de conductores.