Con seguridad alguna vez lo has hecho o lo has visto hacer: abrir el nudo que cierra el globo e inhalar el helio que guarda en su interior.
Este gas (el helio) que sirve para que el globo se eleve, hace que la voz se escuche en un tono agudo, muy cómico, y suena más como la voz de un personaje de dibujos animados que la de un ser humano.
El helio es un gas menos denso que el aire y por ende provoca que las cuerdas vocales vibren a mayor frecuencia que lo habitual.
La velocidad del sonido del aire es de 344 metros por segundo y la del helio es de 927 metros por segundo; esto hace que nuestra voz se escuche en ese tono agudo y divertido.
Y, aunque es algo divertido de hacer, deben tomarse precauciones porque hay cierto riesgo de asfixia.
Cuando inhalamos demasiado gas o lo hacemos muy de prisa, nuestros pulmones dejan de recibir oxígeno y se paraliza el reflejo respiratorio, que solamente se activa ante la presencia de dióxido de carbono. Así, podemos dejar de respirar casi sin notarlo y sufrir un gran percance.
Si quieres divertirte con el helio debes ser cuidadoso y solo por un corto tiempo para evitar un gran susto.