Cientos de manifestantes se reunieron en la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán, después de que, al parecer, los talibanes ordenaran a miles de personas que viven en una zona residencial propiedad del gobierno que abandonaran sus hogares.
Los manifestantes, que también son residentes de la zona, dijeron que no se les habían dado razones para la orden de expulsión. Mientras tanto, una investigación de la CNN sobre un ataque con drones en un complejo residencial de Kabul ha planteado dudas sobre si un facilitador del ISIS-K murió en el ataque y si el coche contra el que se dirigió el ataque contenía explosivos, como afirmaron los funcionarios estadounidenses.
El Pentágono mantiene que al menos un facilitador del ISIS-K murió en lo que Milley llamó un “ataque justo” en el complejo el 29 de agosto. En el ataque, según la familia, murieron tres hombres con visado para entrar en Estados Unidos y siete niños de 15 años o menos.