Los riesgos que corren los pacientes tratados con antipsicóticos -que las residencias de ancianos con poco personal han utilizado a menudo como “camisas de fuerza químicas”- son tan elevados que las residencias de ancianos deben informar al gobierno de cuántos de sus residentes toman estos potentes medicamentos.

Pero hay una advertencia importante: el gobierno no divulga públicamente el uso de antipsicóticos administrados a residentes con esquizofrenia u otras dos enfermedades.

Una investigación encontró un patrón de diagnósticos de esquizofrenia cuestionables en todo el país. El resultado: El gobierno y la industria están ocultando la verdadera tasa de uso de medicamentos antipsicóticos en residentes vulnerables. La proporción de residentes con un diagnóstico de esquizofrenia ha aumentado al 11 por ciento desde menos del 7 por ciento desde 2012 y al menos el 21 por ciento de los residentes de las residencias de ancianos toman medicamentos antipsicóticos.