La reacción es una señal de la creciente división entre los aliados occidentales con respecto a China. Funcionarios franceses acusaron al presidente Biden de actuar como su predecesor.
El anuncio del presidente Biden de un acuerdo para ayudar a Australia a desplegar submarinos de propulsión nuclear ha tensado la alianza occidental, enfureciendo a Francia y presagiando cómo las respuestas contradictorias de Estados Unidos y Europa a la confrontación con China pueden rediseñar el mapa estratégico mundial.
Al anunciar el acuerdo, Biden dijo que estaba destinado a reforzar las alianzas y actualizarlas a medida que cambian las prioridades estratégicas. Pero al acercar a un aliado del Pacífico para hacer frente al desafío de China, parece haber alienado a un importante aliado europeo y agravado las ya tensas relaciones con Pekín.
Francia reaccionó con indignación al anuncio de que Estados Unidos y Gran Bretaña ayudarían a Australia a desarrollar submarinos, y de que Australia se retiraba de un acuerdo de 66,000 millones de dólares para comprar submarinos construidos en Francia. En el fondo, la tormenta diplomática es también una cuestión de negocios: una pérdida de ingresos para la industria militar francesa y una ganancia para las empresas estadounidenses.
Jean-Yves Le Drian, ministro de Asuntos Exteriores de Francia, dijo a la radio Franceinfo que el acuerdo de los submarinos era una “decisión unilateral, brutal e impredecible” de Estados Unidos, y comparó la medida estadounidense con los cambios de política precipitados y repentinos habituales durante la administración Trump.