Las personas que consumen más grasas lácteas tienen un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que las que tienen un consumo bajo, según una nueva investigación que estudia a algunos de los mayores consumidores de productos lácteos del mundo.
Un equipo internacional de científicos estudió el consumo de grasas lácteas de 4,150 personas de 60 años en Suecia -un país con uno de los mayores niveles de producción y consumo de lácteos del mundo- midiendo los niveles en sangre de un ácido graso concreto que se encuentra principalmente en los alimentos lácteos. A continuación, los expertos realizaron un seguimiento de la cohorte durante una media de 16 años para observar cuántos sufrían infartos de miocardio, derrames cerebrales y otros episodios circulatorios graves, y cuántos de ellos morían.
Tras ajustar estadísticamente otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares conocidos, como la edad, los ingresos, el estilo de vida, los hábitos alimentarios y otras enfermedades, los investigadores descubrieron que los que tenían niveles elevados de este ácido graso, indicativo de un alto consumo de grasas lácteas, presentaban el menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como un riesgo no mayor de muerte por todas las causas.