La escasez mundial de semiconductores que ha paralizado a los fabricantes de automóviles durante casi un año muestra signos de empeoramiento, ya que las nuevas infecciones por coronavirus detienen las líneas de montaje de chips en el sudeste asiático, obligando a más empresas de automóviles y fabricantes de productos electrónicos a suspender la producción.

Una oleada de casos de la variante delta en Malasia, Vietnam y Filipinas está provocando retrasos en la producción de las fábricas que cortan y empaquetan semiconductores, creando nuevos cuellos de botella que se suman a los ya causados por la creciente demanda de chips.

Subrayando que el problema ha desafiado las soluciones fáciles, la Casa Blanca celebró el jueves su segunda cumbre en cinco meses con fabricantes y compradores de semiconductores, en parte para obtener más claridad sobre el alcance de la crisis, dijeron altos funcionarios de la administración.

Entre los asistentes se encontraban altos ejecutivos de Intel, General Motors, Ford, Apple, Microsoft, Samsung y otras dos docenas de empresas, así como la Secretaria de Comercio Gina Raimondo y el Director del Consejo Económico Nacional Brian Deese.

La frustración ha aumentado en todas partes. Los fabricantes de automóviles quieren que las empresas de semiconductores produzcan más chips para los coches. Las empresas de teléfonos inteligentes no quieren que sus semiconductores se desvíen a los fabricantes de automóviles. Los fabricantes de chips dicen que la industria automovilística se disparó a sí misma al cancelar los pedidos de semiconductores tras la crisis.