Cuando llegamos a la tercera edad puede empezar el deterior del sueño, lo que influye en todos los aspectos de la vida diaria ya que no se obtiene el descanso adecuado.
Algunos factores que influyen en esto son:
• Cambios fisiológicos que vienen con el paso de los años.
• Artrosis, incontinencia urinaria, fatiga crónica y otras dolencias comunes en la tercera edad.
• Otros trastornos del sueño, como la apnea del sueño, las piernas inquietas o el síndrome del ocaso (ansiedad que sienten cuando cae el sol en las personas con demencia).
• Enfermedades cognitivas como el Alzhéimer.
• Mala higiene del sueño
• Ciertos medicamentos
• Cambios en el ritmo circadiano: hace que los ancianos se acuesten muy temprano y se levanten de madrugada y no puedan conciliar de nuevo el sueño.
El trastorno de sueño más común en las personas de la tercera edad es el insomnio y se debe a la vulnerabilidad de este grupo de personas a factores de riesgo como la depresión, problemas respiratorios, dolores crónicos, etc. El insomnio provoca despertares frecuentes y sueño fragmentado.
TRATAMIENTOS
Para tratar o para prevenir el insomnio, primero hay que determinar la causa del problema y los factores de riesgo.
En algunos casos se puede estimular el sueño en personas mayores cambiando algunos hábitos, mejorando el entorno donde descansa y propiciando comodidad durante la noche.
Pero, en otros casos se necesita tratamiento farmacológico, especialmente cuando el mayor no puede dormir por alguna enfermedad crónica o cognitiva. Los medicamentos más utilizados son los inductores del sueño (benzodiacepinas), pero deben ser prescritos y estar bajo estricta vigilancia médica especializada, porque puede producir efectos secundarios como el aumento de riesgo de delirio, deterioro cognitivo, fracturas y caídas.
Para mejorar el sueño y no tener que recurrir a tratamientos farmacológicos, lo primero que se debe hacer es:
• Mantener un horario regular de sueño, es decir, acostarse y levantarse siempre a la misma hora y así se desarrolla un reloj interno.
• Evitar las siestas durante el día para no perjudicar el horario de sueño.
• El lugar donde duerme debe ser oscuro y silencioso, tanto afuera como adentro.