Hay una medida rápida que el presidente Joe Biden podría tomar para ayudar inmediatamente a aliviar la tensión que la crisis de la cadena de suministro relacionada con la pandemia está teniendo en las empresas estadounidenses: Levantar los aranceles impuestos por el ex presidente Donald Trump.
Trump puso aranceles a unos 350,000 millones de dólares de productos fabricados en China, y a pesar del cambio de administración, esos aranceles siguen vigentes. Los importadores estadounidenses han pagado más de 106,000 millones de dólares para cubrir el coste de esos gravámenes hasta la fecha, y muchos de ellos se enfrentan ahora a unos costes de envío disparados.
Aunque el gobierno de Biden ha estado llevando a cabo una revisión exhaustiva de la política comercial entre EE.UU. y China, ha dicho poco sobre la reanudación de las conversaciones comerciales o el levantamiento de los aranceles punitivos.
Ahora, la presión sobre el gobierno de Biden para que aborde la cuestión está aumentando, ya que los problemas de la cadena de suministro están empeorando, lo que se traduce en escasez y aumento de los precios de todo tipo de productos, desde zapatillas de deporte hasta muebles y coches.