Existen muchos tipos de padres: los amorosos, los alcahuetes, los estrictos, los gritones, etc.

Cada persona nace con una personalidad particular que la distingue de los demás y eso es muy difícil de cambiar. Pero las experiencias de la vida pueden cambiar a las personas.

Los padres que tratan a sus hijos con amor y amabilidad, además que piden las cosas así, hacen que sus hijos sientan que tienen los padres ideales. Pero, también existen personas que piden las cosas a los gritos y los hijos deben aprender a aceptar que hay diferentes tipos de personas.

Cuando crecemos, se va la inocencia y la cara de felicidad permanente se convierte en una cara más seria, más estresada, las circunstancias hacen que nos sintamos mal y muchas veces pareciera que nos desquitamos con nuestros hijos.

Muchos padres ya no pueden más y explotan porque no se sienten capaces de llevar la carga tan pesada que les toca y si, además, en casa no hay cooperación con las labores domésticas, la situación se pone más difícil.

A ti como hijo te recomendamos que te portes bien, que colabores en casa, cumplas tus deberes del colegio, trata bien a tus padres, bésalos y agradéceles por todo lo que hacen por ti. Ya verás que eso hará que la relación con tus padres mejores mucho.