La economía estadounidense se desaceleró sustancialmente en el tercer trimestre en medio de obstáculos, como el aumento de los casos de COVID-19, los cuellos de botella en la cadena de suministro, el aumento de los precios al consumidor y los efectos desvanecidos de las medidas federales de estímulo.

Sin embargo, con la disminución de los casos de COVID-19 y el aumento de las vacunaciones, la mayoría de los economistas consideran que se dará un saludable repunte en los últimos meses del año.

El producto interior bruto del país, el valor de todos los bienes y servicios producidos en EE.UU., aumentó a una tasa anual del 2% en el periodo julio-septiembre, según informó el Departamento de Comercio. Los economistas encuestados por Bloomberg habían previsto un aumento del PIB del 2.8%.