Así saludó Trump la noticia de que el congresista de Illinois Adam Kinzinger -uno de los pocos legisladores republicanos que dijo la verdad sobre las últimas elecciones- no se presentaría a la reelección.
Trump ha convertido en una misión personal forzar la salida del pequeño grupo de diez republicanos que votaron a favor de su destitución por la insurrección del Capitolio.
Kinzinger, veterano de las guerras de Irak y Afganistán y miembro del Comité Selecto de la Cámara de Representantes dirigido por los demócratas que investiga la insurrección, es un auténtico conservador. Pero ha condenado sin tapujos el continuo ataque de Trump a la democracia estadounidense, una campaña que la mayor parte del resto del Partido Republicano de la Cámara ha consentido.
Las fuerzas pro-Trump están actualmente desafiando al único republicano más franco que Kinzinger, la representante de Wyoming Liz Cheney, para la nominación del partido. Y otro miembro de la decena anti-Trump, el representante Anthony González de Ohio, ya ha decidido no presentarse a la reelección. Las últimas retiradas son testimonio del extraordinario y duradero poder de Trump sobre su partido.
“Al final te das cuenta de que básicamente somos yo, Liz Cheney y algunos otros los que decimos la verdad”, dijo Kinzinger a ABC News el domingo.
“Y hay unas 190 personas en el Partido Republicano que no van a decir ni una palabra, y hay un líder de la bancada republicana que está abrazando a Donald Trump con todo lo que puede”, dijo Kinzinger, refiriéndose al líder de la minoría de la Cámara de Representantes pro-Trump, Kevin McCarthy, que tiene muchas posibilidades de ser el próximo portavoz.