Cuando la pandemia de coronavirus llegó por primera vez, se dijo a los empleados de todo el país que recogieran sus escritorios y se prepararan para trabajar a distancia, quizás durante unas semanas o meses. Pasados 19 meses, muchas empresas todavía no han vuelto a llevar a sus trabajadores a la oficina debido a las preocupaciones relacionadas con la variante delta, más transmisible.
Pero incluso cuando los planes de reapertura de oficinas sigan adelante, muchos empleados no volverán cinco días a la semana. En su lugar, las empresas están adoptando cada vez más configuraciones híbridas que permiten a los trabajadores hacer su trabajo desde casa unos días a la semana y acudir a la oficina también unos días.
Es una configuración que puede beneficiar tanto a los empleados como a los empresarios. Para el primer grupo, significa más flexibilidad y menos costes de desplazamiento. Para los segundos, podría suponer un ahorro en el alquiler de espacio. Pero hay otro ganador potencial de la tendencia del trabajo híbrido: los hoteles.
A medida que el trabajo híbrido se generaliza, los hoteles tienen la oportunidad de beneficiarse. Algunas cadenas hoteleras ya están reconfigurando sus habitaciones y zonas comunes en un esfuerzo por hacerlas más adaptables al trabajo remoto. Y en el transcurso de la pandemia, algunas cadenas han empezado a ofrecer tarifas diarias para los trabajadores remotos que quieren hacer su trabajo fuera de un entorno de oficina pero no en los confines de su propia casa.