La campaña nacional del presidente chino Xi Jinping a favor de la “prosperidad común” ha arrojado una sombra sobre una industria que cuenta con el país como uno de sus mayores mercados: los artículos de lujo.

El impulso de Xi para redistribuir la riqueza en la segunda economía del mundo ha inquietado a algunos inversores del mercado del lujo. El sector aún arrastra las cicatrices de una amplia campaña gubernamental contra la corrupción hace varios años y ahora depende más que nunca de los consumidores chinos.

Los compradores de China continental son vitales para marcas como LVMH, Hermes y Gucci. El año pasado, mientras la pandemia de coronavirus se extendía por todo el mundo, el número de casos en China se mantuvo relativamente bajo y la cuota del país en el mercado mundial del lujo se duplicó aproximadamente, según la consultora Bain. La empresa predice que China se convertirá en el mayor mercado del mundo en 2025, superando a Europa y Estados Unidos.