Cuando en un hogar hay un miembro de la familia que grita, pelea, tiene mal carácter y quiere imponerse ante los demás, nos saca de balance y la vida hogareña se pone color de hormiga.
¿Cómo actuar ante esta situación sin romper los lazos familiares?
Aunque no debería ser así, en casa casi siempre hay alguien que está al frente de todo, pero eso no quiere decir que tenga que dominar a todos, porque cada uno tiene un rol y una importancia en el núcleo familiar.
Si en tu casa vive alguien que desde que se levanta está gritando, de mal genio, ofendiendo, dando órdenes y hasta maltratando a los demás, y además no tiene la capacidad de abrirse al diálogo, lo mejor es retirarse y no enfrentarse porque se empeora la situación.
Apenas te despiertes, ojalá temprano, dedica unos minutos a meditar o a orar, después gestiona los asuntos pendientes; procura hacer esto antes que los demás se levanten.
Si desde muy temprano el ambiente en casa está tóxico, lo mejor es alistarte escuchando música y si no tienes una oficina o un puesto de trabajo a donde ir, puedes ir a una cafetería o un mall con acceso a internet y pasa la mañana allí disfrutando de la paz que no tienes en casa. Repite esto cada vez que sea necesario.
Pero, si realmente quieres arreglar ese problema que tienes en casa, debes dejar de huir y enfrentarlo por medio de una conversación directa y así poder descubrir a qué se debe su enojo; si puedes, ayúdalo, es posible que así vuelva la paz. Pero si esa persona está molesta contigo, no puedes ignorar eso y debes hacer las correcciones necesarias.