Cuando tenemos el hábito de comer frente al televisor, se corre el riesgo de comer en exceso y aumentar de peso.
Según la psicóloga Susan Albers, de la Clínica de Cleveland (Estados Unidos), alimentarse frente al televisor se relaciona con un consumo “más inconsciente” de alimentos. Además, por estar distraídos, no se aprecia bien la comida.
Comer así de vez en cuando no significa nada, pero si se vuelve una costumbre se vuelve un patrón poco saludable.
La Educación Inicial de la Fundación Carlos Slim, advirtió que esto también ocurre con los niños y adolescentes.
Los problemas que se pueden presentar si un niño come frecuentemente frente al televisor son:
• No sabe si está consumiendo la cantidad de alimentos que se requiere y se altera la sensación de saciedad.
• Tampoco hay consciencia de lo que se está consumiendo y el efecto nutricional que genera.
• No aprecia la textura de los alimentos que consume.
RECOMENDACIÓN
Una vez el niño ya comienza a tener su alimentación complementaria, es indispensable que tenga todos sus sentidos en la comida para lograr una buena nutrición y evitar los trastornos alimenticios.