Cuando un ser querido fallece es muy doloroso para los dolientes ya que nadie está preparado para eso y mucho menos los niños.

Los niños no alcanzan a comprender bien el concepto de la muerte, por eso se les dificulta entender que no van a volver a ver al ser querido que partió, sino que pueden aparecer en ellos sentimientos de ira, abandono y frustración, porque creen que los abandonaron o no son importantes para el que ya no está.

¿Es conveniente llevar a los niños al cementerio?

La respuesta a este interrogante no es de un rotundo si o no, porque depende de varias razones: una puede ser que el niño no quiera ir al cementerio y no se puede obligar a hacerlo; otra razón es que tenemos la responsabilidad como padres de enseñar al niño el concepto de la muerte porque es un proceso que tarde o temprano llegará a todos.

Si deciden ir a despedir a un difunto, se recomienda a los padres que primero los preparen psicológicamente para lo que pueden observar en un velorio o en el cementerio.

Por lo general, a partir de los 6 años de edad los niños ya pueden entender el concepto de la muerte, mientras que los niños menores de 3 años todavía no están en capacidad de hacerlo, aunque si perciben las emociones de los dolientes.