Bailar es una actividad divertida para la mayoría de las personas, aunque habrá quien se abstenga de hacerlo (aunque quiera) por temor a que se burlen de su falta de ritmo.
Cuando tus hijos pequeños escuchan música, normalmente y de forma natural comienzan a mover los pies y todo su cuerpo.
Además, al realizar esa actividad se promueve la diversión y también su desarrollo físico y emocional.
Tus hijos deberían aprender a bailar porque:
• Aumentan su creatividad y su confianza.
• Mejoran sus habilidades sociales y se vuelven más atractivos para los demás.
• Es un buen ejercicio cardiovascular, mejoran el equilibrio, la coordinación y la concentración.
• Aumentan la flexibilidad
• Fortalecen los músculos
• Desarrollan el sentido del ritmo y el oído musical
• Disminuyen el estrés